LA GRANJA DE LAS FLORES

Hay en la granja un espacio pequeño y desordenado, que huele a veces muy bien y a veces realmente fatal, donde se agolpan misteriosos bidones con tuberías, cubos tapaditos, coladores, garrafas llenas de líquidos, cubos con cenizas, hierbas colgadas del techo en proceso de secado, pilas de tierra humeante, morteros… en fin, algo más parecido a una pequeña cueva de bruja o un laboratorio de científico alocado. Y lo cierto es que es en ese pequeño espacio donde producimos todas esas sustancias que nos ayudarán a llevar los cultivos a buen puerto. Es, efectivamente, una biofábrica, porque si hay algo que se produce ahí y en grandes cantidades es VIDA.